El infinito sin estrellas

domingo, 29 de abril de 2007

LA RELACION /DIRECTOR-ACTOR/ EN EL MONTAJE

Con el negro hemos compartido ya largas semanas de edición. En general el trabajo de imagen está terminado, aunque ..nunca se sabe. Ahora viene el subtitulado en inglés para los festivales europeos...¡vaya ilusión!!
En el negro he encontrado un fantástico compañero de reflexión. Frente a los monitores siempre es sobre hechos concretos de la cuestión cinematográfica, y en la esquina de Nicaragua y Oro, es sobre lo que venga: Kafka, la literatura, el arte, Fellini, mis hijos, sus padres, el sexo, la fidelidad, el ser cordooobes, la productora, nuestro abismo generacional.
HOY VOY A HABLAR DEL ACTOR Y LA EDICION
Decíamos, con el negro, cuánto respeto hay del director hacia un actor cuendo edita sus escenas: saca todo aquello que está mal, realza todo aquello que está bien. A mí me dieron ganas de organizar un cursillo de actuación con las imágenes eliminadas, por ejemplo, si no lo hago y lo guardo para mí es porque temo pecar de sobervio. Hay un actor, sin ir más lejos, (como decía mi abuela) que no tiene términos medios, dio trabajo en rodaje y dio trabajo en edición, pero ahora, cuando los espectadores informales ven la película, destacan su trabajo. Con el negro nos decimos maliciosamente: si vieran lo que sacamos...Pero está mal, porque ese es el pacto entre el actor y el director: uno pone el cuerpo y otro la cabeza, pero los dos ponen mucho afecto y mucha confianza mutua. No tiene perdón el director que deja lo malo de un actor, tampoco tiene perdón si deja lo flojo habiendo podido sacarlo. Ese fue nuestro último método de corrección: sacar todo lo feo, y así volaron unos cuantos planos y una escena completa, una escena sobre la cual siempre tuve dudas, porque desde el guión estaba al límite y en rodaje no la supe llevar adelante, había quedado renga, no era lo que tenía que ser. Y como la película podía sobrevivir a su sustracción: desapareció.
A eso me refiero cuando digo: si se podía sacar... hay que sacarlo.
Se aprende más de cine en el montaje que en ninguna de las otras etapas, pero es un aprendizaje duro, porque lo primero que se aprende es a reconocer las propias limitaciones, hasta donde uno fue capaz de llegar en esta oportunidad. Como decía mi amigo LUIS PEREZ COSCIO en relación al amor:
UNO SE ENAMORA DE LO MEJOR QUE PUDO CONSEGUIR
Yo digo:
UNO HA HECHO LA MEJOR PELICULA QUE HA PODIDO HACER
Me fui al carajo, quería hablar sobre la relación / actor - director / en montaje. Pero bueno, iba a eso, que ese actor ha dado en todo momento lo mejor de sí, ha puesto el cuerpo, ha obedecido directivas ciegamente, y en el momento de cortar, el director no tiene derecho a dejar nada que no sea digno de semejante esfuerzo y confianza.
Imagino que muchos actores muchas veces se habrán amargado cuando encuentran sus escenas demasiado editadas. Sin embargo, creo que deben focalizar en si aquello que quedó de su trabajo en la película es bueno de verdad, porque eso es lo único que se ve, en definitiva.
LA RELACION ENTRE EL DIRECTOR Y EL ACTOR EN MONTAJE ES UNA RELACION SUMAMENTE AMOROSA, REGIDA POR UNA ETICA DE HIERRO: ME HAS DADO TODO, YO AHORA TE CUIDO. TE CUIDO MAS QUE A MI PROPIA PELICULA, PORQUE UNA COSA VA DE LA MANO CON LA OTRA.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]