El infinito sin estrellas

lunes, 5 de marzo de 2007

EL TRABAJO CON LOS CHICOS

Trabajar con chicos fue una gran experiencia. Por empezar, algunos me dijeron que era imposible hacer la película porque el protagonista era un nene de 11 años, que tendria que estar 7 u 8 semanas trabajando a full, o dentro de los horarios permitidos al menos (...) ese escollo estuvo resuelto gracias a la capacidad de trabajo de Cristando.
Después, en rodaje, hubo distintas situaciones. El sexto día Cristando estaba como si fueran 6 semanas..ahí nos asustamos un poco pero con la instalación de una play station 2 en el motor home la cosa se fue solucionando, debo confesar que me ganó todos los partidos, pero todos por 1 a 0 y en el last time. Estoy entrenado porque mi hijo tiene 9 años.
Hubo tres chicos en rodaje, todos muy diferentes.
A uno no le importaba nada de nada, la mamá apenas se acercaba al set o al monitor de dirección pero a él le daba lo mismo.
Otro, echaba a su mamá del set cuando tenía que trabajar, y la madre, pobre, tenía que esperar horas en el motor o en la calle.
Y el tercero estaba muy pendiente de responderle al padre y seguramente también a mi, la verdad que nos dio un poco de trabajo porque no lográbamos que se relajara, pero finalmente pudimos trabajar bien cuando pasamos del texto escrito a las improvisaciones con la consigna de no respetar lo que estaba escrito. Recién ahí el personaje tomo vuelo, pero al principio estábamos un poco asustados, mucho más cuando era el que más había rendido en las pruebas de casting. En fin, fuimos aprendiendo juntos. Como director debo aceptar que tuve que realizar ajustes estratégicos sobre la marcha, tal vez fui yo el que no empezó bien.
En resumen, GRACIAS A TODOS LOS PAPAS PORQUE CONFIARON EN NOSOTROS. De verdad, le tomamos mucho cariño a los chicos...y a los papás también.

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